El caso de la celiaca versus el médico
¡Pero si eso no existe!, fue la respuesta del profesional ante mi revelación de que padecía de la Enfermedad Celíaca. Me recomendó que fuera al psiquiatra, pues a su juicio lo que yo padecía era una mezcla de desórdenes alimenticios mezclados con mitomanía. Mi diagnóstico para él: “delirio mesiánico”.
Mi historia como celiaca
Todo comenzó a mis 13 años, con el primer episodio grande y el médico de aquel entonces asumió que tenía Gastroenteritis. A medida que me hacía adulta, vinieron un desfile de médicos y diagnósticos.
Ser celiaco no combina con la juerga
Una serie de preguntas comienzan a atosigarte: “¿qué te sirvo?, ¡me da pena que no pruebes!”. Y uno se siente podrido. No dudo de las buenas intenciones, pero mi respuesta siempre ha sido la misma: “¿qué te complicas si yo no lo hago?”.