Soy Mabel y soy celiaca. Mi destino se forjó hace 12 años, cuando tenía 30, época por la que pasé por un periodo de estrés gigante, pesaba aproximadamente 120 kilos y un día me di cuenta que lo que comía me hacía pésimo; lo atribuí a mi período de estrés, pero llegó un momento en que ya los dolores de estómago eran insoportables.
Comencé a bajar de peso, ya que mi organismo no soportaba nada, fui al médico y me mandaron a hacer exámenes. Primero me dijeron que era la Enfermedad de Crohn, no quedé conforme con ese diagnóstico y fui a otro médico, me hicieron colonoscopía y varios exámenes más y por primera vez escuché lo que es ser celiaco. En ese tiempo no existía mucha información y los alimentos eran carísimos y mucho más escasos que hoy en día, llegué a pesar 60 kilos.
«Hoy, soy sincera, a veces me aburro y me salgo de la dieta sin gluten, pero no se los recomiendo, el dolor es tremendo y las crisis te pueden llevar a la clínica».
Testimonio de Mabel.
Ser celiaca sin un diagnóstico certero te hace bajar de peso, pues no soportas nada, pero tras buscar e investigar aprendí a comer y hoy en día tengo un peso saludable. Reconozco que es difícil, ya que debes cambiar tus hábitos alimenticios por completo, muchas veces tu vida social se ve algo perjudicada, ya que en Chile no existen muchos lugares para comer rico y sin gluten, por lo que si salía, debía llevar mi propia comida o snacks.
Hoy, soy sincera, a veces me aburro y me salgo de la dieta sin gluten, pero no se los recomiendo, el dolor es tremendo y las crisis te pueden llevar a la clínica.
Debemos ser rigurosos, tener cuidado con la contaminación cruzada; la familia y amigos también deben entender que no puedes caer en la frase “prueba un poquito”, pues muchas veces tu fuerza de voluntad también depende del apoyo de tu círculo íntimo.